LA MUJER EN EL ANTIGUO EGIPTO

No es raro que la mujer en Egipto goze de más libertad que en la mayoría de los países islámicos, y no se trata solo que la mayoría de los habitantes sean seguidores del Islam de manera moderada, a decir verdad tambien es por la idosincracia de Egipto.

Es curiosa la contradicción en la que aquellas mujeres vivían, aunque en el ambito jurídico pues esta comtemplaba de manera igual a hombres y mujeres; sin embargo no todo fue miel sobre hojuelas, la mayoría de los escritos que conservamos de ellos son de hombres hablan de ella como un ser insensato, al cual se la podría comparar con un remolino de las aguas profundas cuyos giros son insondeables.

Pese a esto la mujer no se la pasaba encerrada iba al mercado donde podía vender las verduras que cultivaba o los tejidos que fabricaba, esto sorpredió a Herodoto que escribió: En Egipto van al mercado y se dedican a los negocios, mientras los maridos se quedan en casa tejiendo. Aunque es un poco exagerado nos deja al descubierto la sorpresa que se llevó Herodoto al ver la libertad con que se conducían las mujeres de aquel país.

En el Reino Nuevo la mujer podía presentar un caso ante el tribunal, en los cuales podía presentar denuncias incluso contra algún miembro de su propia familia. Las mujeres egipcias eran madres, fabricantes de ropa y cerveza, gracias a lo cual su "independencia" se mantuvo.

El divorcio era posible, pero caro, eso debido a que el matrimonio era un acuerdo sin garantía ni jurídica, ni religiosa; si la mujer había dado frutos y no había hecho nada con que hubiese disuelto tenía derecho a un tercio de los bienes adquiridos durante la vida común, además de la dote que había puesto.

Los anticonceptivos ya los conocían las egipcias (los cuales eran efectivos), sin embargo era común que hombres grandes se casaran con niñas de 12 0 13 años previo acuerdo del novio y el padre, por supuesto debía cumplir con los requisitos que el padre le pusiera.

No sabemos mucho de la población en general, sabemos sin embargo de la fortaleza de su carácter gracias a las reinas que ayudaron a gobernar y que gobernaron pese a cualquier objeción.